
La alimentación en personas mayores
¿Por qué es importante atender a la alimentación en personas mayores?
En ocasiones parece que los ancianos son los grandes olvidados de esta sociedad pero no, no es así. Además de a sus familias, a nosotros los terapeutas nos preocupan las necesidades que surgen en las actividades diarias básicas. Una de ellas, que a mí como logopeda me concierne directamente, es la alimentación.
A menudo hay personas que dejan de comer o pierden peso, considerando ésta una de las causas de disfagia en ancianos, sin conocerse la razón causal o puede ocurrir que sucedan episodios de atragantamiento (síntoma de disfagia) en residencias u hospitales que no se solventan. Por eso debemos estar atentos cuando las personas mayores consumen alimentos, ya que una situación como esta puede provocar que el alimento penetre en el pulmón y desencadenar infecciones respiratorias e incluso desenlazar en la muerte.
Estas situaciones se pueden revertir si las personas que rodean a esta población poseen la información oportuna.
El estado de salud del paciente es un dato importante junto a la realización de una valoración por parte del profesional competente en el tema desde el inicio del contacto con él administrando, además, un test de disfagia que consiste en recoger los signos de seguridad y eficacia observados tras ofrecer distintos volúmenes y viscosidades de alimento al paciente. Se establecerá el tipo de dieta para cada persona, teniendo en cuenta al preparar un tipo de dieta triturada que existen ciertos alimentos para disfagia como los sólidos triturados o líquidos espesados que deben formar una textura homogénea y no se ingieran por ejemplo alimentos con hebras, de manera que se conseguirá una mejor adaptación de la comida y la consistencia necesaria para el paciente. Este proceso de elaboración con los instrumentos apropiados, junto a la adición del espesante adecuado es lo que se conoce como una dieta texturizada en disfagia. A su vez, el profesional detectará el volumen de ingesta seguro y eficaz para el paciente y pautará la maniobra o postura facilitadora de la deglución si fuese conveniente. Asimismo, es recomendable llevar a cabo un seguimiento periódico para controlar si se produce algún cambio en estas necesidades. De esta manera, se podrá atender a este tipo de necesidades sin que suponga un mayor coste económico.
La disfagia se define como la dificultad para tragar o bien como la dificultad que pueda presentar una persona en el proceso de deglución, compuesto por cuatro fases en las que son necesarios una serie de estructuras y actos motores. Existen varios tipos de disfagia como la orofaríngea (fase oral y faríngea de la deglución afectadas) o la disfagia a
líquidos (alteración sólo para la consistencia líquida), de los que dependerá el tratamiento rehabilitador y la adaptación de la dieta alimentar, aunque profundizaremos sobre ello en otro post.
Todo este trabajo de valoración, detección, tratamiento y seguimiento es misión de un logopeda. En general, se debería de contar más para estos casos con nosotros, los logopedas, ya que disponemos de la información necesaria al respecto.
Además, conviene señalar que existen distintas ayudas técnicas para facilitar la alimentación como los cubiertos adaptados con engrosadores de las que el terapeuta ocupacional pautará y trabajará conjuntamente con el logopeda.