¿CONOCES EL TDAH?
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es un trastorno del neurodesarrollo
cuyos síntomas surgen fundamentalmente durante la etapa escolar y que tienen que ver
con los problemas para gestionar la capacidad de concentrarse en las tareas a
realizar, así como con una tendencia a estar buscando constantemente fuentes de
estimulación externa.
De este modo, los niños con TDAH suelen mostrarse extremadamente inquietos (tal y
como sugiere la palabra “hiperactividad”), comportarse de un modo relativamente
impulsivo, y tener problemas para seguir las clases en el contexto de la escuela.
Aunque al pensar en él lo solamos asociar a la infancia, este trastorno se sigue
expresando también durante la edad adulta. Sin embargo, es sobre todo en la niñez
cuando es importante intervenir para dar un apoyo psicoterapéutico y educativo
adaptado a estas personas.
Tipos:
Hay formas en que el TDAH se presenta, según qué tipos de síntomas sean más fuertes
en la persona:
• Presentación en la que predomina la falta de atención: Es difícil para la persona
organizarse o terminar una tarea, prestar atención a los detalles o seguir
instrucciones o conversaciones. La persona se distrae fácilmente o se olvida de
detalles de la rutina diaria.
• Presentación en la que predomina la hiperactividad/impulsividad: La persona se
mueve nerviosamente y habla mucho. Le resulta difícil quedarse sentada quieta
durante mucho tiempo (p. ej., para una comida o mientras hace la tarea escolar).
• Presentación combinada: Los síntomas de los dos tipos anteriores están
igualmente presentes en la persona.
Dado que los síntomas pueden cambiar con el paso del tiempo, la presentación también
puede cambiar con el tiempo.
Causas del TDAH:
Los científicos estudian las causas y los factores de riesgo para intentar encontrar
mejores maneras de manejar y reducir las probabilidades de que una persona tenga
TDAH. Se desconocen las causas y los factores de riesgo del TDAH, pero investigaciones
actuales muestran que la genética tiene un papel importante.
Diagnóstico
Decidir si un niño tiene TDAH es un proceso de varios pasos. No hay un único examen
para diagnosticar el TDAH y hay muchos otros problemas, como la ansiedad, la
depresión y ciertos tipos de trastornos del aprendizaje, que pueden presentar síntomas
similares. Un paso del proceso implica realizar un examen médico, que incluye pruebas
auditivas y de la visión, para descartar otros problemas con síntomas similares a los del
TDAH. Otra parte del proceso puede incluir completar una lista de verificación para
calificar los síntomas del TDAH y recolectar los antecedentes del niño por parte de los
padres, maestros y, a veces, el propio niño.
Tratamientos:
En la mayoría de los casos, el TDAH se trata mejor utilizando una combinación de terapia
conductual y medicamentos. Para los niños de edad preescolar (4-5 años de edad) con
TDAH, se recomienda la terapia conductual como la primera línea de tratamiento. Ningún
tratamiento es la única respuesta para todos los niños, y los buenos planes de
tratamiento incluirán un monitoreo estricto, seguimiento y cualquier cambio necesario en
el camino.
El papel del apoyo psicológico en el TDAH:
Al tratarse de una alteración muy compleja, no existe una única manera de abordar el
TDAH.
La clave está en ofrecer apoyo para que el niño o niña sea consciente de lo que le pasa y
pueda desarrollar sus propias herramientas de modulación de su comportamiento para
que pueda adaptarse a las distintas situaciones del día a día. Es decir, que más allá de la
lógica médica, es necesario ayudarle a aprender maneras de modificar su propio
comportamiento y su manera de gestionar sus emociones. Y esto pasa por un
correcto apoyo por parte de los educadores y la familia, sí, pero también es necesario
disponer de ayuda psicológica. A continuación encontrarás un resumen de las diferentes
funciones que un psicólogo desempeña ante los casos de niños y niñas con TDAH.
- Se ofrece un espacio para expresarse y enfocar el problema en positivo
La consulta de un psicólogo es un lugar en el que es posible expresar las
emociones y sentimientos sin ser juzgado, y este hecho suele ser reconocido como tal
y apreciado incluso por los niños pequeños. En situaciones así, se anima a los pequeños
a no tener miedo de expresarse, lo cual favorece lo que se conoce como ventilación
emocional, transformar la comunicación de estados emocionales en algo constructivo y
desde lo cual se puede empezar a trabajar fijando objetivos. - Técnicas de refuerzo de la autoestima
El TDAH suele dar lugar a situaciones muy frustrantes, y esto lleva fácilmente a
problemas de baja autoestima. Por ello, uno de los aspectos que más se trabajan en
terapia consiste en hacerle entender al niño o niña que lo que le pasa no es su culpa,
y que, a la vez, puede aprender a conocer mejor su propio potencial y a detectar
también sus cualidades positivas. - Entrenamiento en el desarrollo de habilidades de estudio
Algo tan sencillo como sentarse durante diez minutos a estudiar una lección dada en
clase suele ser todo un reto para un niño o una niña con TDAH. Sin embargo, existen
técnicas y estrategias para facilitar esto, y es posible aprenderlas en las sesiones con el
psicólogo. - Aprendizaje en métodos de auto-motivación
Como hemos visto, la impulsividad suele ser uno de los aspectos característicos del
comportamiento de un joven con TDAH. Sin embargo, esta predisposición a ponerse
en marcha en busca de experiencias estimulantes no tiene por qué ser siempre un
problema; también puede ser transformada en una fuente de motivación. - Orientación para padres y madres
La ayuda a los niños con TDAH no termina en los centros escolares o la consulta del
psicólogo, sino que debe extenderse también al ámbito familiar. Para ello, los psicólogos
trabajamos asesorando a los padres y madres, tanto resolviendo dudas como dando
pautas e indicaciones acerca de qué hacer para criar y educar del mejor modo al menor
de edad. - . Ayudarle a tener un espacio de aprendizaje adecuado
Más allá del comportamiento y de los procesos mentales del niño o niña en cuestión, no
hay que olvidar que los entornos materiales a los que se expone también influyen
mucho en su manera de gestionar el TDAH. Por eso, desde la psicología también se
ofrece asistencia personalizada para crear espacios de estudio que tengan en cuenta
este diagnóstico, y que le faciliten las cosas a la hora de aprender. - Desarrollo de habilidades de organización
Otra de las claves a reforzar en un niño o niña con TDAH tiene que ver con las rutinas
asociadas a la gestión del tiempo y de los recursos de los que dispone. A través de
estas rutinas, podrá ir estructurando su día a día sin caer en la pura impulsividad y sin
postergar indefinidamente las metas que le pueden aportar más a medio y largo plazo.